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Camino y es como huellas en la arena
que se ven y luego no por la marea.
Es estar ausente y silente,
sin tiempo ni espacio,
como un sabor rancio
que te deja inerte.
Viene fuerte el viento del dolor
y azota mi ser con su furor.
Y cuando veo mis huellas
ya no son tan bellas.
Perdieron su encanto,
sufren de espanto.
Porque el mar las estremeció
y sin forma las dejo.
Pues caminar es vacilar
porque adelante hay que llorar
y el mar azota fuerte
llevándose toda suerte.
Camino y veo mis huellas,
perdieron el brillo de estrellas.
Son opacas y sombrías,
con su esencia vacías.
Pues el mar vino un día
y borró toda alegría.
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