miércoles, 11 de julio de 2007

Evocándote


Rica multitud de estrellas diamantinas,
Que de los cielos están sobre mí,
Vagando entre las nubes cristalinas
En el horizonte y en el azul sin fín.

Lucen resplandecientes en el firmamento
Todo llenan de dulzura y amor
Donde exhalan las rosas y azucenas
Difundiendo perfume grato en el viento.

Me lleno de esa luz de las estrellas
Para alumbrar mi memoria y recordar
Aquel amor que ti pude encontrar
Y que hizo nacer en mí cosas bellas.
Eres una estrella esplendorosa muy pura
Que luciendo con su mágico fulgor
Calmó de mi pecho los infortunios
Y así con amor se unieron nuestros destinos.

Y a los cielos vuela el alma mía
Para darle un canto de gratitud a Dios
Porque tú amor en mi vida permitió
Y fue por eso que mi corazón de nuevo palpitó.

Fue por tú mirada ardiente y viva
Que mi corazón floreció
Y tú ternura noble y expresiva
La existencia de mi ser complementó.

Desde entonces ya no son horas pensativas
Pues tú eres el que domina mí pensamiento
En un corazón alegre y contento
Entre sus horas fugitivas.

Cuando el Sol ilumina las montañas
Y las flores esmaltadas lucen
Con aroma grato su esencia difunden
Soy evoco en mi vida tú amor.

Te diré amor mío para siempre
Que por ti palpita mi corazón
Y el amor es ahora que tiene razón
Y nació una fuente nueva de inspiración.

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